jueves, 7 de octubre de 2010

MIGUEL HERNÁNDEZ

Exposición sobre el poeta Miguel Hernández en la Biblioteca Nacional de España

Miguel Hernández  escribió en uno de sus últimos poemas:  «Pero hay un rayo de sol en la lucha / que siempre deja la sombra vencida».
Sumándose a los actos conmemorativos del centenario del nacimiento del poeta Miguel Hernández, la Biblioteca Nacional de España  (Madrid) nos presenta  la exposición  “Miguel Hernández, 1910-2010. La sombra vencida”.
“La exposición, cuyo comisario es José Carlos Rovira, catedrático de Literatura de la Universidad de Alicante, reúne una selección de cerca de doscientas piezas, algunas inéditas, entre manuscritos, cartas, fotografías, cuadros y objetos personales del autor”.
La muestra hace un recorrido por la vida y obra del poeta de Orihuela: su infancia y juventud, los viajes a Madrid, su participación en la Guerra Civil, su paso por la cárcel  y homenajes  que le rindieron tras su muerte.  Se pueden contemplar premios escolares que recibió, el manuscrito de unos versos escritos a los 14 años cuando era pastor, un cuadernillo donde  él mismo fue recopilando sus poemas de juventud, cuatro cuentos (dos de ellos inéditos) que el poeta escribió en papel higiénico  a su hijo desde la enfermería de la cárcel,  el carrito de madera que hizo en prisión…  cerca de doscientas piezas  cedidas  para  la ocasión por instituciones públicas y  privadas y por la  familia de Miguel Hernández.
Esta exposición estará abierta al público del 5  de octubre al 21 de noviembre de 2010.  Fuentes: Biblioteca Nacional, web cadenaser…
Entrada extraída del Blog del CEIP Pablo Sorozabal de Móstoles. 

Aquí os dejo una poesía de Miguel Hernández
ACEITUNEROS
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma: ¿quién,
quién levantó los olivos?
No los levantó la nada,
ni el dinero, ni el señor,
sino la tierra callada,
el trabajo y el sudor.
Unidos al agua pura
y a los planetas unidos,
los tres dieron la hermosura
de los troncos retorcidos.
Levántate, olivo cano,
dijeron al pie del viento.
Y el olivo alzó una mano
poderosa de cimiento.
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma: ¿quién
amamantó los olivos?
Vuestra sangre, vuestra vida,
no la del explotador
que se enriqueció en la herida
generosa del sudor.
No la del terrateniente
que os sepultó en la pobreza,
que os pisoteó la frente,
que os redujo la cabeza.
Árboles que vuestro afán
consagró al centro del día
eran principio de un pan
que sólo el otro comía.
¡Cuántos siglos de aceituna,
los pies y las manos presos,
sol a sol y luna a luna,
pesan sobre vuestros huesos!
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
pregunta mi alma: ¿de quién,
de quién son estos olivos?
Jaén, levántate brava
sobre tus piedras lunares,
no vayas a ser esclava
con todos tus olivares.
Dentro de la claridad
del aceite y sus aromas,
indican tu libertad
la libertad de tus lomas.
Miguel Hernández, 1937

1 comentario:

  1. Maestro el poema esta muy chulo y me ha encantado lo del hacer un periodico escolar.


    UN BESO.

    ResponderEliminar